En ocasiones, el sudor es consecuencia de una infección por bacterias u hongos. En ese caso, nos dirigimos a un tratamiento para controlar la infección.
Además, existen múltiples causas adicionales que causan la patología.
Sea cuál sea el origen, tratamos desde raíz el problema e incorporamos el tratamiento del botox para controlar la sudoración y aliviar los síntomas.