Boca de pato: Cómo evitarla

¿Sabes uno de los temores de muchas mujeres que han perdido volumen o que no están conformes con la forma de sus labios? Que después del tratamiento les quede la conocida como boca de pato. En muchos foros se expone este problema y, por desgracia, muchos de los consejeros que dan respuestas bienintencionadas solo empeoran el asunto. Sus contestaciones se alejan mucho de la realidad e incrementan un miedo infundado. En las siguientes líneas te mostramos cómo puedes evitar terminar con esta clase de problemas.

¿Se puede evitar la boca de pato?

La conocida como boca de pato surge principalmente por dos motivos: una mala intervención y el uso de compuestos poco recomendables. Por lo tanto, basta con ponerse en buenas manos y utilizar las sustancias adecuadas para que el resultado sea el de unos labios carnosos y naturales.

Al principio, los compuestos que se empleaban eran siliconas permanentes. Aún si se aplicaban correctamente tenían algunos inconvenientes. Por ejemplo, no se tenía en cuenta que, con el paso de los años, la forma de la boca puede cambiar notablemente y que cada una tiene una tendencia diferente. Por tanto, lo que quedaba aceptable en un principio, perdía su forma tiempo después. También pasaba que en cada caso el resultado difería y los resultados con la misma aplicación quedaban muy dispares.

Por supuesto, la falta de pericia del médico para adelantarse a los resultados llevaba al desastre. Y, claro está, la técnica de cada uno marcaba esos desenlaces tan poco favorecedores. El labio tiene una forma que hay que respetar y la aplicación indiscriminada de un producto para aumentar el volumen puede dejar la parte central muy abultada y prominente.

¿Cómo evitar que se produzca la boca de pato?

La boca de pato se puede evitar poniéndose en manos de profesionales. Ellos saben cómo y dónde aplicar los productos para que solo reciba el volumen la parte que lo necesita. Inyectar la misma cantidad en el labio superior e inferior es uno de los errores que desencadena el problema. Es imprescindible equilibrar este aspecto para no perder la naturalidad de la zona.

Algo que se debe tener siempre en cuenta es que antes de la intervención el médico tiene que valorar el caso. Analizará la forma del labio y te hará la mejor recomendación. Además, te explicará cómo será el tratamiento paso a paso. En la mayoría de los casos disponen de dibujos o fotografías que te permitirán hacerte una idea del antes y el después. Es muy importante que en este proceso te genere confianza.

Otra de las claves para alcanzar el éxito es que se suministren los compuestos adecuados. Hay que prescindir de siliconas y utilizar ácidos AHA. Entre estos, están los ácidos glicólico, láctico, málico o mandélico, entre otros. Estos trabajan para unificar el tono y dar volumen. Además, nutren y enriquecen la piel. Sin embargo, el más utilizado es el ácido hialurónico, presente de forma natural en el cuerpo. ¿Por qué?

El ácido hialurónico contiene propiedades beneficiosas para el labio. Una de ellas es su capacidad para nutrir, la falta de hidratación es uno de los acelerantes del envejecimiento facial en general. Además de ser un compuesto bueno, es reabsorbible. A partir de los 8 meses, sus efectos comienzan a remitir, llegando a desaparecer por completo si no se refuerza. Por tanto, el resultado es totalmente natural.

Los riesgos de terminar con boca de pato son totalmente evitables. Si te pones en manos de profesionales expertos y se utiliza ácido hialurónico, el resultado será totalmente natural. Contacta  y te mostraremos cómo gracias a los tratamientos médico-estéticos alcanzas el sueño de unos labios nutridos y con volumen.

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Medicina Estética Dra. Laura Sitú
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