Piel de naranja: tratamiento de esta molestia estética

La piel de naranja es un término utilizado en medicina estética para describir la apariencia de la piel que se asemeja a la superficie de la piel de esta fruta. Esta condición afecta principalmente a las áreas de la piel donde se acumula grasa, como los muslos, las caderas y los glúteos. Aunque no representa un problema de salud grave, puede tener un impacto significativo en la autoestima y la confianza de quienes la padecen. Hoy hablamos sobre ella y su abordaje desde la medicina estética corporal.

¿Qué es la piel de naranja?

Se refiere a la apariencia de la piel que presenta hoyuelos o irregularidades superficiales similares a los hoyuelos en la cáscara de una naranja. Estas irregularidades son causadas por la acumulación de tejido adiposo bajo la piel, que ejerce presión sobre la superficie cutánea y crea este efecto visual.

Causas, factores de riesgo y efectos de la piel de naranja

Existen varios factores que contribuyen a su desarrollo:

  • Genética: La predisposición genética juega un papel importante. Si tus familiares cercanos la presentan, es probable que también la desarrolles.
  • Hormonas: Cambios hormonales, como los que ocurren durante la pubertad, el embarazo o la menopausia, pueden favorecer su aparición.
  • Estilo de vida: La falta de ejercicio físico, una dieta poco saludable y el consumo de tabaco y alcohol pueden aumentar el riesgo.
  • Edad y sexo: A medida que envejecemos, la piel tiende a perder elasticidad y puede desarrollar más fácilmente este problema estético. Las mujeres son más propensas a padecerla debido a la estructura diferente del tejido graso y conectivo en comparación con los hombres.

La principal preocupación estética radica en su impacto en la apariencia física. Muchas personas se sienten cohibidas al mostrar áreas afectadas, lo que puede afectar su vestimenta y actividades sociales. Esto puede llevar a una disminución en la autoestima y la confianza personal.

Tratamiento de la piel de naranja con carboxiterapia

Uno de los tratamientos más efectivos contra ella es la carboxiterapia. Este procedimiento no quirúrgico implica la administración de dióxido de carbono (CO₂) medicinal bajo la piel afectada. El CO₂ mejora la circulación sanguínea y estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando así la textura de la piel y reduciendo su apariencia.

Prevención de la piel de naranja

Su prevención se centra en adoptar hábitos de vida saludables:

  • Ejercicio regular: El ejercicio aeróbico y el entrenamiento de fuerza pueden ayudar a reducir la grasa corporal y tonificar los músculos, disminuyendo su apariencia.
  • Dieta equilibrada: Consumir una dieta rica en frutas, verduras y proteínas magras puede ayudar a mantener un peso saludable y reducir la acumulación de grasa.
  • Hidratación: Mantener la piel bien hidratada puede mejorar su elasticidad y textura.
  • Evitar el tabaco y el alcohol: Estos hábitos pueden afectar negativamente la circulación sanguínea y la salud general de la piel.

En conclusión, aunque la piel de naranja no representa un problema médico grave, puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la experimentan. La combinación de tratamientos como la carboxiterapia con hábitos de vida saludables puede ser efectiva para mejorar su apariencia y prevenir su desarrollo. Adoptar un enfoque integral que incluya tanto el tratamiento como la prevención es fundamental para abordar este problema estético de manera efectiva.

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