Melasma: ¿De qué se trata?

El melasma es una afección cutánea común. En este artículo, explicaremos qué es, sus causas, sus efectos estéticos, los tratamientos de rejuvenecimiento facial disponibles, como el láser, los rellenos dérmicos y la radiofrecuencia, y cómo se puede prevenir esta afección.

¿Qué es el melasma?

Se trata de una condición cutánea crónica que se caracteriza por la aparición de manchas oscuras en áreas expuestas al sol, como el rostro, el cuello y los antebrazos. Aunque puede afectar tanto a hombres como a mujeres, es más usual en estas últimas, especialmente durante el embarazo o cuando se utilizan anticonceptivos hormonales. Además, las personas con tonos de piel más oscuros tienen un mayor riesgo de desarrollar melasma.

Causas y efectos del melasma

Las causas exactas no se conocen completamente, pero se cree que están relacionadas con una combinación de factores genéticos, hormonales y exposición al sol. La radiación ultravioleta (UV) del sol estimula la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel, y puede desencadenar la aparición de manchas en aquellas personas genéticamente predispuestas.

Desde el punto de vista médico, el melasma no representa un peligro para la salud. Sin embargo, las manchas oscuras pueden tener un impacto significativo en la apariencia y autoestima de las personas que lo padecen. La presencia de melasma puede generar angustia emocional y baja autoestima, especialmente en aquellos casos en los que las manchas son prominentes o difíciles de ocultar.

Tratamientos para el melasma

Afortunadamente, existen varios tratamientos estéticos disponibles para el melasma. Uno de los enfoques más comunes es el uso de láser, que puede ayudar a reducir la pigmentación y aclarar las manchas. El láser funciona mediante la emisión de pulsos de luz concentrada que se absorben selectivamente por las células pigmentadas, rompiendo la melanina y reduciendo su apariencia.

Otro tratamiento estético utilizado para tratar el melasma son los rellenos dérmicos. Estos rellenos consisten en la inyección de sustancias como el ácido hialurónico en la piel para suavizar las arrugas y mejorar la textura. En el caso del melasma, los rellenos dérmicos pueden ayudar a igualar el tono de la piel y difuminar las manchas oscuras.

La radiofrecuencia es otra opción de tratamiento para el melasma. Este procedimiento emplea ondas de energía de radiofrecuencia para calentar las capas más profundas de la piel, estimulando la producción de colágeno y reduciendo la apariencia de las manchas oscuras.

Prevención del melasma

Aunque estos tratamientos estéticos pueden ofrecer resultados prometedores, es importante tener en cuenta que el melasma puede ser persistente y requerir múltiples sesiones de tratamiento. Además, es fundamental adoptar medidas preventivas para evitar su aparición o recurrencia.

La prevención del melasma es crucial para aquellos que son propensos a desarrollar esta condición o que ya la han experimentado. Aquí hay algunas medidas preventivas que se pueden tomar:

  • Protección solar: La exposición al sol es uno de los principales desencadenantes del melasma. Es crucial emplear protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, incluso en días nublados. Además, se recomienda usar sombreros de ala ancha y ropa protectora para cubrir la piel expuesta.
  • Evitar la exposición solar directa: Es recomendable evitar la exposición solar durante las horas pico, generalmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, cuando los rayos solares son más intensos.
  • Uso de cosméticos adecuados: Al elegir productos para el cuidado de la piel, es importante optar por aquellos que sean suaves y no irritantes. Se deben evitar los productos agresivos que puedan desencadenar la aparición de manchas.
  • Tratamiento hormonal adecuado: Si estás usando anticonceptivos hormonales o terapia de reemplazo hormonal, es fundamental discutir los posibles efectos secundarios con tu médico. En algunos casos, puede ser necesario ajustar el tratamiento para minimizar el riesgo de melasma.
  • Evitar el estrés: Si bien el estrés en sí mismo no causa melasma, puede empeorar los síntomas en personas que ya lo padecen. Es relevante implementar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el ejercicio regular y el tiempo de calidad para uno mismo.
  • Mantener una buena rutina de cuidado de la piel: Esto implica limpiar e hidratar la piel diariamente, así como emplear productos adecuados para tu tipo de piel. También es recomendable exfoliar suavemente la piel regularmente para eliminar las células muertas y permitir una mejor absorción de los productos.

En nuestra clínica de medicina estética facial, ponemos a disposición de nuestros pacientes los mencionados tratamientos para tratar el melasma. Si quieres saber más o consultarnos tu caso, no dudes en ponerte en contacto con nosotros sin compromiso.

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